Mitos y realidades sobre la raza
La palabra perro no existía y sólo se les denominaba por las tallas o tamaños como Tachichi, Techichi, Chichi, Talchichi e Itzcuintli.
Eran sacrificados en rituales funerarios, se consumían las vísceras y la canal era sepultada junto con su amo para que lo acompañara al Mictlan.
Algunos ejemplares se sacrificaban en rituales durante el solsticio de Verano para ofrecerlo al Dios Tlaloc para que les brindara abundantes lluvias, se consumían de acuerdo al nivel jerárquico de los asistentes.
En 1989 la FCI (Federation Cinologique Internacional) acepta que el perro desnudo Mexicano sea conocido como Xoloitzcuintle, incluyendo dos variedades: la miniatura y la estandar. Fue hasta 1999 cuando la FCI acepta la clasificación de tres tallas: miniatura, intermedio y estandar.
En 1875 era desconocida la raza a nivel mundial.
En 1890, algunos Alemanes localizan Xoloitzcuintles en poblados de la sierra del Sureste Mexicano y los llevan a su país para dar pie a la crianza, sacrificio y comercialización de su piel convertida con las cuales se elaboraban carteras, cinturones, polainas de zapatos, bolsas de dama, etc.
Los canidos mexicanos vagaron en estado libre y salvaje, durante más de 320 años, mezclándose quizás con la descendencia de los perros traídos por los Españoles, entre ellos mismos o con coyotes, y estuvieron desaparecidos para la raza humana de 1530 hasta quizás 1875.
Algunas personas les llaman o confunden con Tepeitzcuintle pero este animal es un roedor del Sureste Mexicano.
La temperatura corporal es la misma de cualquier otra raza pero debido a la ausencia de pelo se puede sentir directamente su calor.
Se menciona que su piel es como la de los elefantes, en realidad debe ser tersa y suave.
Se cree que son perros que no ladran pero la realidad son buenos cuidadores.
No tienen propiedades milagrosas, es solo que su calor corporal tiene efecto en las inflamaciones o mejora la circulación sanguínea.
Poseen glándulas sudoríparas en la piel es por esta razón que sudan para nivelar su temperatura corporal pero su olor no es desagradable.
Erróneamente se piensa en la actualidad que sacrificando los ejemplares con pelo se mantendrá el genotipo sin pelo ya que por cientos de años su reproducción no fue asistida por la mano del hombre y aun así se conservan ambas variedades (con pelo y sin pelo).
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